viernes, 6 de diciembre de 2013

Nuestro. Capitulo 6.

La mañana siguiente desperté con ella entre mis brazos. Eran las once de la mañana y la casa de Daphne estaba tranquila, no se oía nada, solo la respiración de Alisson sobre mi pecho, tenía el pelo despeinado y llevaba puesta un de sus camisetas de tio, estaba guapisima durmiendo. Le besé la mejilla y la naríz y arrugó esta mientras sonreía.
- Buenos días.- le dije con la voz ronca, siempre me despertaba con la voz así.
-Ñññ- gruñó, abrió los ojos despacio y me miró sonriente.- Buenos días...No, mierda...
-¿Que pasa?- pregunté asustado por su reacción.
- No he llamado a mi madre y estará preocupada- se sentó sobre la cama con las piernas cruzadas.
- Desayunamos y la llamas, ¿vale?- sonrió y nos fuimos a la cocina.

Preparamos tostadas y fruta, estabamos en silencio cuando Alisson lo rompió.
- Harry, no te lo tomes mal, ¿cómo se lo decimos a nuestros padres?- le dió un bocado a una manzana roja.
- Si quieres hablamos con ellos cuando regresemos, no me importa.- no sabía que mas decir, su pregunta me había cogido por sorpresa.
- Creo que es mejor que hablemos por separado ya sabes, tú con tu padre y yo con mi madre, cuando pase un tiempo, ¿vale?- acepté y le besé la frente. Me levanté y la abracé con mas fuerza que nunca, estaba de acuerdo con ella, lo mejor sería esperar un poco y así podría demostrarle que no quiero hacerle daño.

~~

~Narra Alisson~

Habían pasado semanas y semanas, llevabamos ya un mes en Dover y todo parecía ir bien; Pedro había echo amigos y se pasaba las tardes jugando en la calle, mamá y Ben estaban muy entusiasmados por el viaje que iban a hacer y bueno, Harry y yo seguiamos bien, mejor que nunca, cada día me demostraba que lo que sentía por mi era de verdad y decidí que ya era hora de hablar con mi madre.
- Mamá, ¿podemos hablar?- estaba muy nerviosa pero su sonrisa consiguió tranquilizarme.
- Claro cielo, ¿vamos a aquella cafetería?- señaló a una cafetería que había al otro lado de la calle. Rox. Asentí y nos dirigimos allí.
Llegamos y nos sentamos en una de las mesas que había colocadas fuera, Mamá pasó a pedir, no sabía como me había convencido para salir la mañana del sábado de compras, le hacía muchisima ilusion que le ayudase a escojer ropa nueva para poder llevarse a Bruselas y pensé que ese sería el momento idoneo para contarselo.
- Hola, buenos días, ¿que desea?- su voz me sacó del trance. Me giré y vi a una chica pelirroja que me miraba atentamente.
- emmm- llevaba un uniforme y una chapa con su nombre; Rox. Miré a la chapa y luego al letrero.
- Sí, me llamo igual que la cafetería, mis padres son muy originales.- reimos.
- Perdón no pretendía... mi madre ya ha pasado dentro a pedir y estaba empanada - le sonreí y cuando estaba apunto de entrar la llamé.- Rox espera, se te ha caído esto.- sonrió avergonzada y le devolví la libreta.
- Muchas gracias, soy un desastre- rió.- ¿Cómo te llamas?
- Alisson- sonreí de nuevo, esa chica me daba buenas vibraciones.
- Espero volver a verte, Alisson.- me sonrió y volvió dentro de la cafetería.

Mamá llego y me miró pensativa pero sin borrar la sonrisa.
- Y dime cielo, ¿de que querías hablar?- me miraba mientras intentaba quitar el plástico a una pajita, había llegado el momento de contarle todo, no sabía cómo reaccionaría, si se lo tomaría bien o mal, pero no podía aguantar más y no soportaba mentirle de esa manera, siempre nos contabamos todos y no quería que eso cambiase.
Respiré hondo y comencé.

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